Los tics y hábitos nerviosos aunque conceptualmente, según el modelo médico, no significa lo mismo, suelen ir acompañados ya que los tratamientos para solucionarlos son similares.

TICS

tics-habitos-nerviososLos tics son movimientos o producciones repetitivos, e involuntarios. En muchas ocasiones, estos tics son pasajeros, pero también cabe la posibilidad de que se instalen durante largos periodos, llegando incluso a la edad adulta. Dependiendo del tipo de tics tienen una edad orientativa de aparición. Existen los tics motores como parpadear, realizar muecas, arrugar la nariz, levantar los hombros, los tics vocales más sencillos son olfatear o aclarar la garganta, y algunos más complejos son la ecolalia (repetir el último sonido, palabra o frase oída) o la palilalia (repetir los propios sonidos o palabras. Por último el trastorno de Tourette, considerado crónico, donde se presentan tanto tics motores como vocales durante más de un año, casi cada día todos los días, o por periodos intermitentes. Suele manifestarse antes de los 18 años.

HÁBITOS NERVIOSOS

Por el contrario, según Servera (2002) los hábitos nerviosos se consideran movimientos motores más complejos y de una duración más larga que los tics, pero igualmente repetitivos, impulsivos y sin función. Los dos más representativos son la tricotilomanía, que es el arracamiento recurrente del cabello (cabeza, cejas, pestañas), o la tricofagia, que es comer cabello, o la onicofagia que significa comerse las uñas.

¿Sabías que?

La onicofagia es un hábito nervioso que se caracteriza por la costumbre de morderse las uñas. En los niños puede aparecer a partir de los 3 años de edad pero lo es más frecuente a partir de los 6 años. Este hábito además de los aspectos estéticos, en los casos graves, puede ocasionar problemas físicos (infecciones dedos, labios cortados, dolor, aftas) además de burlas y críticas por parte de familiares, amigos, compañeros.

Según Azrin y Nunn (1977) alrededor del 45% de niños pequeños se muerden las uñas, el 25% universitarios y el 10% de adultos mayores de 35 años. Por tanto según estos porcentajes una de cada dos personas se ha mordido las uñas alguna vez en su vida.