Los miedos y las fobias no significan lo mismo. Los miedos durante la infancia son bastante frecuentes y normales. Los estudios de Sandín y Chorot indican cinco tipos de miedos infantiles más habituales como el miedo a los desconocido (oscuridad, tormentas, lugares cerrados), miedo a los animales o heridas, miedo al peligro y a la muerte, miedo a los médicos como la sangre e inyecciones, y miedo al fracaso y a la crítica, más propio de los adolescentes.

A medida que el niñ@ vaya creciendo y madurando estos miedos van desapareciendo. La dificultad se presenta cuando estos miedos se mantienen en el tiempo y provoca en el niñ@ un miedo elevado, en estos caso es conveniente consultar con un psicólogo porque quizás estemos ante una fobia infantil.

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¿Sabías que?

Los miedos propios de la infancia son conocidos por miedos evolutivos, y lo experimentan un porcentaje muy elevado de niñ@s. El miedo a la oscuridad es uno de los miedos más extendidos y existen cuatro tipos de miedos diferentes: seguridad (miedo a la muerte, a secuestradores, desconocido habitación, ladrones), seres fantásticos (fantasmas, monstruos), separación o pérdida de seres queridos (preocupación por si los padres están en casa), características propias (sombras en la habitación).