¡Descubre cómo y con quién quieres bailar!

¡Semana nueva, imagen nueva! Ya sabes como va esto, todos los viernes comparto contigo una imagen diseñada por mi acompañada de una mini mini reflexión por si esto que comparto contigo pueda ayudarte en algo en esto momento de tu vida. Naces en una familia, en una ciudad de un determinado país, en un lugar del mundo. Todo ello se traduce en un infinito número de normas sociales, culturales, legales que van condicionando tu manera de ver el mundo. Esto no es ni bueno ni mal … es inevitable que ya que vives en sociedad y como miembro de la misma te ves influenciado por todo ello.

A medida que vas haciéndote adulto, ya incluso en tu etapa de adolescente, comienzas a revelarte con muchas de esas normas de lo «tiene que ser» o lo que escuchas que «se espera de ti». A lo mejor concuerda con tus valores y deseos de vida, en tal caso, es maravilloso. Cualquier manera que elijas si es coherente con con lo que tu sinceramente quieres, es muy licito y tu vida cobrará más sentido.

Pero aunque tu manera de vivir sea muy similar a aquella forma en la que te has educado, nacido y desarrollado es muy probable que como ser único y muy muy especial que eres, no coincida todo al 100%. Es difícil, al fin y al cabo tenemos maneras diferentes de percibir el mundo. Pero en ocasiones no te permites ni siquiera cuestionarte si esto que haces o de la manera en la que vives realmente es algo que tú deseas, que habla de ti o de tus valores, o simplemente los has aprendido y los repites sin más. Es probable pero que ni siquiera seas consciente en alguna de esas ocasiones que eso pertenece a tu entorno, a tu sociedad, a tu familia pero no tanto a ti. ¿Lo has pensado alguna vez?. Vivimos más en piloto automático de lo deseado así es que no te sorprendas tanto si descubres que algunas cosillas que llevas en la mochila no te «molan» tanto solo las has aprendido y valorado que «son así»«son los normal» (la frase estrella en mi despacho). Pero ni mucho menos, tan solo es a lo que estás acostumbrado.

Y en otras ocasiones todo es mucho más evidente ya que tú te sientes el «patito feo» de tu entorno, no terminas de encajar con aquello que se dice, que se busca, con ese estilo de vida, con esa manera de entender el mundo. No se si lo sabes pero te lo digo yo por si acaso … no eres el «patito feo», no eres el «rarito o la rarita» sino un ser muy especial con criterio propio que desea decir cómo y con quien bailar y no que le digan cómo hacerlo y mucho menos con quien. En ocasiones este tipo de decisiones implica tensiones y malestar con tu alrededor, sobre todo si tienes uno entorno familiar o de amigos poco flexibles.

Cierto definir la dirección de tu vida sin contar con el apoyo de los tuyos no siempre es cómodo pero al menos tú vivirás de forma coherente con tus valores y créeme que eso a largo plazo es gran fuente de bienestar emocional.

¿Y tú cómo y con quien quieres bailar? No olvides que tu vida es tu RESPONSABILIDAD. Y de momento solo sabemos que tenemos UNA. Tú decides cómo exprimirla.

¡Feliz día!

 

En junio…para, coge oxigeno y continúa

¡Semana nueva, imagen-reflexión nueva! Parece que me repito mucho pero claro … llega último viernes del mes y ya sabes que comparto contigo una fotico mía en un formato polaroid dentro del proyecto 12 meses 12 momentos, para que podamos, tú y yo, reflexionar sobre algo no muy complejo pero quizá puedas incorporar como mini herramienta a la mochila, justo en este instante de tu camino, de tu vida.

¿Cuantas veces avanzas sin parar con todas tus obligaciones, responsabilidades, sueños, deseos con todo junto pero también con todo el desgaste físico y mental que todo ello supone?. Muchas, muchas veces te habrás respondido diciendo que no tienes más remedio, que no te puedes permitir parar, que si no lo haces tú no lo hace nadie más. Y mientras más y más estrés cargas en tu mochila más sensación de no poder parar tienes y entras en modo bucle. Más carga, más estrés y con ello más desgaste físico y mental y en consecuencia más dificultad para poder abordar todos tus frentes.  ¿Te cuesta parar cuando te ves inmerso en esas situaciones? ¿Escuchas las señales que te manda tu cuerpo cuando estás sobrepasado? O por contra piensas : «Ya descansaré. Yo puedo con todo. No es para tanto. Otras veces he podido, esta vez no es diferente.» 

En la consulta me encuentro con mucha frecuencia personas que han ido asumiendo a sus espaldas muchas cargas profesionales, familiares y personales sin medir las consecuencias que esto está suponiendo a su equilibrio físico y emocional hasta que un día ya no pueden más y revientan… ¿como tú?.

¿Por qué no paras antes de explotar? No te conozco pero tengo claro que no eres masoquista así es que cuando te encuentras en estas situaciones lo más probable es que te has visto inmerso sin tener conciencia del camino al que te estaba llevando. ¿Qué se te ha pasado por alto?:

  • Tu cuerpo te ha dado señales física: a lo mejor algún dolor sospechoso, malestar de estomago, dolores de cabeza, dificultades para relajarte, problemas para dormir.
  • Tus emociones están como si fueran una montaña rusa: bien te sientes de bajón, sin energía para nada, llorando a la más mínima o bien irritable con el mundo entero. «Pagando» tu malestar con tu entorno más cercano.
  • Tu agenda está a tope obligaciones: no te cuestionas que tienes que bajar el ritmo, «es así».
  • Tu mente no está igual de despejada: estás agotado mentalmente. Te cuesta mucho mantener la concentración y atención de tus obligaciones así que lo que antes te podía suponer 1 hora de tiempo ahora te cuesta 3 o incluso empiezas a posponer hacer las cosas porque no tienes energía para ello. Lo cual implica una mayor dosis de estrés ya que la agenda no se aligera de ninguna manera.
  • Tus nuevas obligaciones: los demás siguen haciéndote peticiones y a ti te cuesta mucho decir NO. No quieres decepcionarles, es tu «obligación» cumplir  siempre con los demás, si no lo haces te sientes culpable.
  • Tus momentos agradables han desaparecido: con suerte en el pasado has tenido momentos en que te has dedicado tiempo a tus aficiones, a tus amistades a disfrutar de pequeñas actividades agradables. En el peor de los casos ni siquiera te acuerdas si alguna vez lo has hecho.
  • Tus familiares, amigos o pareja te dan toques de atención: tu entorno más cercano te dice lo que tú no ves. Te recomiendan que pares, que te cuides, que no te ve bien. Pero te cuesta escuchar e incluso te molesta que te lo digan.

¿Qué puedes hacer si te encuentras en esa situación?

  • Ya has explotado y te encuentras con dificultades para afrontar tu día a día, no entiendes bien que te ocurre, y llevas una temporada tratando de hacerlo por tu cuenta pero sin el resultado deseado, no dudes en buscar ayuda de un psicólogo. El camino en compañía siempre es más llevadero.
  • Todavía no has llegado al límite pero te has visto identificado en muchos de los puntos antes mencionados y acabas de tomar conciencia del camino que estás haciendo, es el momento de PARAR, y coger oxígeno. ¿Haciendo qué?:
    • Cuestiona la carga de tu agenda: ¿todo es urgente e importante? ¿seguro?.
    • Busca apoyo: no sé si tus circunstancias familiares o personales lo permiten pero trata de apoyarte en las personas que te quieren. No tires hacia delante tu solo, evita caer en la tentación de «soy autosuficiente». Compartir con los demás, aunque solo sea emocionalmente ayuda a aligerar la mochila. En ocasiones el apoyo también incluirá un psicólogo, ¿por qué no?.
    • Atrévete a decir que NO: es más fácil escribirlo que hacerlo, ¿verdad?. Si valoras que esto supone una gran dificultad en tu vida cotidiana e implica una gran nivel de malestar emocional, planteate la posibilidad de que un profesional te entrene a hacerlo. ¡Eso es lo mejor, que se aprende!.
    • Dedícate tiempo: es importante que reequilibres obligaciones para empezar a destinar tiempo de ocio con el que equilibrar tu vida y oxigenar cuerpo y mente.  La frecuencia con que lo hagas es esencial. Tú también eres importante y si tu cuerpo y mente están desgastados dificilmente podrás atender  las prioridades de tu agenda.

 

 

Por el bien de tu bienestar emocional y para mantener a raya a tu querido estrés diario es muy importante que encuentres tus propias herramientas para equilibrar la balanza de la vida, lo desagradable con lo más agradable de lo contrario una y otra vez te verás abocado al borde del precipicio. Así es que aprovecha el siguiente embiste para aprender a parar, coger oxígeno, soltar estrés y continuar tu caminito.

¡Feliz día!

Nayra

Llega el verano ..¡se avecinan los cambios!

¡Semana nueva, imagen-reflexión nueva! Llega el verano … la naturaleza es maravillosa y te recuerda constantemente que la vida está en permanente estado de cambio. Y con ello los árboles, las plantas y flores, los animales se adaptan a ese nuevo contexto con el que tendrán que convivir los próximos tres meses. ¡Pura adaptación al medio!. Y en cambio a nosotros, los humanos, nos cuesta un poquillo más que los cambios son inevitables. Quizá alguno dependa de ti, está en tu círculo de influencia. ¡De acuerdo! Pero si paras a pensar un instante muchos, muchísimos de los cambios a los que te ves sometido a diario no dependen de ti. Sencillamente ocurren.

Igual tú seas una de esas personas que no te gustan nada el verano y en breve comiences a focalizar en todos aquellos aspectos que «detestas» del verano.

  • Bufff qué calor hace. No me gusta el calor.
  • Bufff sudo mucho. Qué sudor más pegajoso.
  • Bufff no puedo dormir por la noche.
  • Bufff me no más cansado.
  • Bufff tengo que ir con la familia a la playa pero no me gusta.
  • Bufff tengo que pasar las vacaciones en el apartamento de la playa de mi …
  • Bufff no me puedo ir de vacaciones.

Y la lista de «bufff» puede ser interminable y generarte mucho malestar emocional.  Todo depende de ti y como trates de liadar con todo aquello que no vas a poder cambiar. Es verdad que pueden existir muchas cosas que no te gustan del verano pero ¿te has parado a pensar aquello que no te desagrada? ¿Seguro que no hay nada, absolutamente nada que no te guste del verano?. Por un momento deja a un lado tu malestar emocional y tu lista de bufff e intenta conectar con aquellos aspectos que te hacen sonreír… explora tu lista de «uhmmm»:

  • Uhmmm los días son más largos.
  • Uhmmm tengo jornada intensiva.
  • Uhmmm al salir del trabajo me tomo unas cervezas con los compis.
  • Uhmmm tengo más tiempo libre para disfrutar de mis aficiones.
  • Uhmmm hago más actividades al aire libre.
  • Uhmmm la fruta del verano es variada y refrescante.
  • Uhmmm como más helados.

¿Podrías seguir ampliando tu lista de «uhmmm»?. Seguro que si … para y explora. Y una vez que lo tengas más claro, procura dar espacio a todos esos «uhmmm» para poder mantener a raya los «bufff». De ti depende poder equilibrar esa balanza y tratar de sacar el máximo provecho que puedas a algo que no puedes cambiar y es que ahora es verano. Tu vida es tu responsabilidad, no lo olvides.

Flexibilizar y adaptarte a lo que no depende de ti te ayudará a aceptar de mejor grado aquello que te disgusta y en consecuencia destinar recursos a poder disfrutar de todo aquello que suman en tu vida.

¿Te atreves a aceptar los cambios? ¡Bienvenidos!

¡Feliz día y verano!

Nayra

 

Mitos del Amor Romántico vs Amor Saludable

¡Semana nueva, imagen reflexión nueva! Bueno si me sigues con relativa frecuencia es muy probable que alguna de las imágenes que comparto contigo te suenen. Son muuuuchas las semanas en las que he compartido contigo uno a uno los mitos del amor romántico y como contrapartida he tratado de ofrecerte un visión algo más saludable y equilibrada del amor.

Este mini post no es más que ayudarte a recopilar toda la información que he ido destripando contigo semana a a semana. Primero poniendo el foco el mito del amor romántico…cuestionando, reflexionando, cogiendo algo de distancia para que te ayudara a verlo con una perspectiva diferente. Y en segundo lugar y no menos importante visibilizar el amor equilibrado y sano del que puedes disfrutar siempre y cuando te atrevas a soltar algunos de esos mitos de amor romántico que has aprendido y llevas en tu mochila.

Si no has tenido oportunidad de leerlos hasta ahora, aprovecha ahora mismo y haz un recorrido por aquellos que más te llaman la atención, por aquel que quizá nunca pensaste que podría ser cuestionable, o quizá aquel que te confirme lo que tú ya sabías.

Haz click click en algunos de los enlaces que te propongo:

  1. Mito Amor Romántico 1: «Para ser feliz debo tener una pareja» vs Amor Saludable 1: «Aprenderé a ser feliz sola …»
  2. Mito Amor Romántico 2: «Quien bien te quiere te hará llorar» vs Amor Saludable 2: «Quien bien te quiere, jamás te hará llorar.»
  3. Mito Amor Romántico 3: «Nuestro amor todo lo puede» vs Amor Saludable 3: «En nombre del amor no vale todo, ponle límites».
  4. Mito Amor Romántico 4: «Los polos opuestos se atraen» vs Amor Saludable 4: «Tener elementos en común con tu pareja facilitará el entendimiento». 
  5. Mito Amor Romántico 5: «Tú eres mi media naranjita» vs Amor Saludable 5: «Soy un ser humano completo y único además de muy valioso».
  6. Mito Amor Romántico 6: «Te lo perdono todo porque te quiero» vs Amor Saludable 6: «Equilibra tu corazón y cabeza».
  7. Mito Amor Romántico 7: «Por mi amor hacia ti, cambiaré» vs Amor Saludable 7: «La primera razón de cambio tiene que ser tu amor hacia TI».
  8. Mito Amor Romántico 8:» Somos una única persona siempre juntos» vs Amor Saludable 8: «Yo solo soy único y especial». 

 

 

 

 

Aunque no es cómodo cuestionarse los pensamientos …tu cerebro como el mío generan mucha resistencia, es muy saludable….muuuucho. Ya que sorprendentemente no todo lo que pasa por tu linda cabeza como por la mía, son creencias o pensamientos ciertos. Muchos, muchos, muchos de ellos son más que cuestionables. Hoy es un buen día para empezar a cuestionarte alguno de los mitos del amor romántico o quizá para comprobar que son muchos los pensamientos y conductas saludables sobre el amor que tienes ¿te atreves?

¡Feliz día!

Nayra

 

«Celebra cada logro de tu vida, no es lo normal»

¡Semana nueva, imagen reflexión nueva! A buen seguro que a diario afrontas muchas obligaciones y responsabilidades en diferentes áreas de tu vida cotidiana, bien sea familia, pareja, trabajo. Estás dotado de una capacidad enorme para adquirir nuevos conocimientos y desarrollar habilidades. ¡No lo dudes! Y no te conozco pero a buen seguro que haces muchas cosas mejor que bien, otras quizá no tanto, regulín, regulín, y otras te cuestan más quizá porque no te has dado tiempo suficiente para adquirirla y de momento no la dominas y en otras porque quizá no esté dentro de las habilidades que como ser humano pueda desarrollar. No olvides que no somos perfectos y por tanto no podemos ni hacerlo todo ni hacerlo todo super. ¡Ni hace falta, que estrés!.

Así es que ya he establecido contigo lo que seguro, segurísimo si ocurre y es que como ser humano tienes un repertorio de cosas haces entre bien y bastante bien e incluso excelente bastante considerable. Pero lo que no tengo tan claro es cómo gestionas, reconoces y valoras todo eso que haces a diario. ¿Celebras tus logros cotidianos?.

Quizá el título del post te ha llevado en un inicio a conectar con LOGRO, palabras en mayúsculas, y por tanto reducir tus pensamientos a situaciones muy concretas de tu pasado o presente ya que asocias a grandes logros. Y ojo para el común de los mortales, tanto para ti como para mi, ese tipo de logros son contados con los dedos de una mano. Así es que imagina que vida más «desaboría» si solo celebramos esos momentos que son tan escasos. Buuuff nos podemos quedar esperando sentados, ¿no te parece?.

Yo te propongo algo más práctico y sobre todo saludable. ¿Qué tal si valoras otros aspectos rutinarios de tu vida que son importantes y esenciales y aprendes a reconocerlos y a celebrarlos? Vamos hacer un ejercicio juntos:

  1. Para y piensa: tómate unos instantes y repasa mentalmente un día cualquiera de tu vida y anota todo aquello que haces …. todo desde que suena el despertador.
  2. Coge lápiz y papel para ordenar las ideas: en la cabeza todo es mucho más rápido y en ocasiones confuso, escribirlo ayuda a coger algo de perspectiva y quizá empezar a darte cuenta de elementos nuevos y valiosos.
  3. Repite: realiza este ejercicio durante una semana para que te permita abarcar la totalidad de tu agenda y tomes más conciencia del valor de todo lo que haces. Aunque se repitan muchas de las cosas que hagas, ¡anótalas igualmente!. Por ejemplo, si preparas la cena todas las noches, escríbelo. Si vas al gimnasio dos veces en semana. Haz una fotografía de tu rutina.
  4. Reserva un espacio para ti: ahora es el momento de coger toda esa información y tratar de mirarla con otros ojos diferentes a los que hasta ahora ha sido tratada.
  5. Reflexiona y pregúntate: ahora elige una de los cosas que haces habitualmente y que podrías calificar como «es lo normal». Y pregúntate:
    • ¿Si no cumpliera con lo que hago que repercusión tendría en mi vida?.
    • ¿Tiene o no tiene valor lo que hago para poder cumplirlo?.¿Me esfuerzo para cumplirlo a pesar en ocasiones no me apetece?
    • O quizá no me cuesta hacerlo, me gusta y divierte y pongo en marcha mis habilidades obteniendo un grato resultado, ¿es el caso?. ¿Siento bienestar por aquello que hago?
    • ¿Aporta un beneficio en mi vida o en la vida de las personas que quiero?.

Si has llegado hasta aquí y encontrado muchas cosas que dan VALOR a tu vida que haces que aportan y a la vida de los demás entonces es el momento de la celebración. Cuando me refiero celebración no pretendo que hagas una fiesta por todo lo alto ni que lo publiques en el B.O.E, tan solo es suficiente que te lo reconozcas a ti personalmente. En esos casos, ¿cual es tu dialogo interno? ¿Qué cositas te dices? ¿«Es lo normal», o incluso sacas la lupa de aumento y revisas cómo lo podías haber hecho mejor?.

Es importante cultivar un dialogo interno saludable y enriquecedor. No hace falta que saques los globos de celebración cada vez que haces algo medianamente bien pero no estaría nada mal que interiormente te dirijas a ti de una forma más amable … en definitiva:

  • Toma conciencia: hasta ahora eso que hacías era invisible o mejor dicho «lo normal».
  • Valóralo: conecta con lo que te aporta a ti o lo demás o con tus habilidades para desarrollarlo.
  • Reconócelo verbalmente: expresalo con alguna palabra agradable y amable. Explora, cuando no estás habituado puede resultar extraño o incluso incómodo. Busca y práctica y después me cuentas si hacerlo ha producido algún efecto. Ojo, no esperes los grandes cambios. Insiste y practica. Es puro aprendizaje ¡ se paciente!.

 

Cultivar una manera amable de reconocer tus pequeños logros cotidianos contribuirá a tu bienestar emocional. Y ya sabes lo que te digo habitualmente, tu vida es TU RESPONSABILIDAD y tu bienestar emocional también. Así es que ¿te atreves a intentarlo?. Me encantará escuchar tus avances.

¡Feliz día!

Nayra

En mayo…conecta con la naturaleza

¡Semana nueva, imagen reflexión nueva! Conoces mi pasión por la fotografía, soy una humilde aficionada que combina la fotografía con algún elemento o momento que valoro como relevante. Me sirve de vehículo para traerte y poner un punto de atención en ciertos aspectos que valoro como importantes y que aportan bienestar emocional. Y que por tanto, como responsable de tu propia vida y de tu bienestar emocional, quizá tengas que tener en cuenta para nutrir tu vida de forma diaria.  Así es que este mes de mayo te traigo otro 12 Meses 12 Momentos.  En esta ocasión pondré algo más de mi experiencia personal para escribir las líneas de este post. ¿Me acompañas unos segunditos  más y vemos de que va este mes?

Igual lo sabes o quizá no, yo soy canaria, de la isla de Gran Canaria, canariona. Una isleña muy orgullosa de su tierra aunque vivo desde hace años en Valencia, también junto al mar ( pequeño detalle que no es casual). Desde que tengo uso de razón, el mar está presente en muuuuchos de mis recuerdos. Las fotos de mi infancia están teñidas del azul del océano Atlántico, de la arena rubia de la playa de Puerto Rico y de un sol muy amable durante todo el año. Si soy feliz junto al mar, tanto en verano sintiendo el calorcito de la costa del Levante como en invierno con su intensa humedad, el mar siempre es mar. Pasear junto la orilla de mar me proporciona calma y equilibrio. Y observar el vaivén de las olas me ayuda a recordar que la vida está en constante estado de cambio … las cosas vienen y van, las agradables pero también las desagradables. Y como ser humano cambio, me transformo, aprendo, en definitiva, crezco.  Al fin y al cabo el ser humano es un ser vivo más de la naturaleza, ¿no crees?.

Durante muchos años no «eché mucha cuenta» a la montaña, a ese otro lado de la naturaleza viva. No sabría explicarte porqué. La única experiencia más relevante que tuve en el pasado eran las excursiones en el colegio y un profesor estupendo llamado D. Ángel que se esforzó durante años en que conociéramos la riqueza de la naturaleza autóctona canaria. Ahora como adulta guardo un maravilloso recuerdo de aquellas interminables caminatas, de aquellas charlas entorno a una «tabaiba» o pino canario. Sin saberlo, D. Angel puso una semillita que tardó en germinar pero que por fin brotó.

En el año 2007 sufrí un accidente de coche que supuso para mi un gran cambio en mi vida. Era la primera vez que sufría un contratiempo de salud de cierta entidad y que durante demasiado tiempo me impidió hacer la vida como estaba acostumbrada. Tuve dificultades para caminar y aquello me ayudó a darme cuenta de valor de la salud física pero también de la importancia que tenía la naturaleza en mi vida. Durante meses no pude acercarme a ver el mar ni la montaña y durante aquel tiempo de espera formulé unos cuantos deseos que poco a poco fui transformando en realidad:

  • Me prometí que en cuanto tuviera oportunidad de moverme, haría una visita mar. ¡Cuánta emoción aquel noviembre del 2007 cuando me reencontré con él!.
  • Me prometí que en cuanto pudiera volver a caminar y tener mayor y mejor movilidad haría el Camino de Santiago. ¡Que camino tan maravilloso aquel agosto del 2010, irrepetible!.

Me hice otras promesas que no vienen a cuento en este post pero lo que ayudó a darme cuenta de las dos promesas anteriores era de la importancia, de la grandísima importancia que la naturaleza cobraba en mi vida, lo mucho que la había echado de menos, y el nuevo espacio que quería darle en mi vida. Era una valor esencial con el que no había conectado lo suficiente al menos de forma consciente.

Desde entonces he procurado dar un espacio real a la naturaleza en mi vida cotidiana. Me aporta serenidad, energía y me hace sentir muy viva y agradecida por la vida que tengo.

Que la naturaleza tenga un valor tan relevante en mi vida no tiene porqué tenerlo en la tuya. Somos personas diferentes y no nos tienen que gustar las mismas cosas. Pero en ocasiones sin darte cuenta, avanzas en piloto automático y no te has parado a valorar las posibilidades de integrar la naturaleza en tu vida.

Solo te invito a que explores la naturaleza … ¿te atreves?

¡Feliz día!

Nayra

 

Aprendiendo a navegar en aguas turbulentas y a disfrutar en aguas mansas

¡Semana nueva, imagen reflexión nueva! No te conozco pero no es difícil imaginar que en tu vida habrás tenido temporadillas complicadas donde te habrá costado respirar y en vez de vivir plenamente, te dedicas a sobrevivir como puedes entre la olas, ¿verdad?. Si algo tenemos en común todos los seres humanos, es que todos absolutamente todos sufrimos, aunque es cierto que algunas personas tiene una dosis mayor de sufrimiento que otra. Está claro que a nadie le gusta sufrir, son momentos turbulentos donde cuesta navegar y mantenerse a flote. Pero forma parte de la vida, sin más. Nada tiene que ver con lo «injusta o mal que te trata la vida». Así es que aunque cueste reconocerlo, lo más recomendable es aceptar que esto como condición inherente a nuestra vida.

Como bien te he comentado muchas veces, la aceptación nada tiene que ver con la resignación, ¡al contrario!. Cuando aceptas navegar por aguas turbulentas dejas de resistirte y quejarte por ello, y pones toda tu atención y recursos personales para salir a flote. Coges el timón y vuelves a poner rumbo hasta que pase la tempestad procurando vivir en la medida de la posible durante la travesía.  Si además después de la tempestad eres capaz de aprender algo nuevo e incorporar alguna herramienta a tu mochila …¡sería genial!. Sacar lecciones o provecho de esas malas temporadas te facilitará encontrarle algún sentido y no solo como una camino tortuoso dónde la «vida te castiga». Esto también es vivir, vivir con plenitud y sabiduría.

Pero afortunadamente la tempestad no dura eternamente, como dice nuestro refranero español, después de la tempestad vuelve la calma…termina saliendo el sol. Es el momento de izar velas y de aprender a disfrutar de las aguas mansas. Parece «más fácil» que navegar entre aguas turbulentas pero en ocasiones la resaca que te deja la tempestad te impide conectarte con tu momento presente y saborear y valorar los aspectos amables y agradables que tiene navegar«en calma chicha». En ocasiones no te das ni cuenta que ha pasado la tempestad, ya que sigues con tu propia tempestad interna, corriendo por el mundo en piloto automático, dejando tu vida pasar. 

Así es que a modo de conclusión, VIVIR implica aprender a navegar durante toda la travesía que representa tu vida, tanto en aguas turbulentas haciendo frente a las dificultades y al sufrimiento que eso representa y al mismo tiempo aprendiendo a valorar y a conectar con tu vida presente pasito a pasito. En esto reside disfrutar de cierto equilibrio y bienestar emocional.

¿Te atreves a intentarlo?

¡Feliz día!

Nayra

 

Y tú que haces, ¿te preocupas o paseas?

¡Semana nueva, imagen reflexión nueva! Bueno aunque la imagen si es de nueva creación, no es la primera vez que te traigo la reflexión sobre si además de estar fisicamente en el presente tienes a tu mente contigo acompañandote en la experiencia real e inmediata que estás viviendo en ese instante … como pasear y disfrutar de tu entorno y de un día soleado (como te sugiere la imagen). O por el contrario estás presente fisicamente pero tu mente está divagando entre el pasado y el futuro. Girando en piloto automático entre lo que has hecho y ya no puedes cambiar o yendo al futuro tratando de anticipar y controlar lo que puede pasar, organizando el día de mañana (en el mejor de los casos) aunque en demasiadas ocasiones es probable que te hayas encontrado «solucionando» lo que ocurrirá dentro de 1 año.

En definitiva tu mente, al igual que la mía, tiene una tendencia a divagar y a estar buscando permanentemente algo donde «ocuparse». El problema es que muchas veces no se ocupa de forma muy productiva sino se preocupa sobre el futuro lo cual dispara esa emoción tan familiar que es la ansiedad o bien la tristeza y te anclas en hechos pasados, ¿Te suena de algo? Siiii. Cada vez que entras en ese bucle te alejas de aquella experiencia en la que estés fisicamente, bien sea cuando estés en el trabajo, en tu vida personal con tu pareja, amigos, hijos, realizando tus aficiones.

No te sientas mal, tu cerebro al igual que el mío tiene esa tendencia a hacerlos ya que esta forma de funcionar en determinados momentos ayuda a organizar, planificar, resolver problemas  o quizá revisar brevemente que has hecho en el pasado para poder mejorar tu presente, si tiene su utilidad pero de forma breve. Lo importante es que tomes conciencia de ¿dónde estás? Es el primer paso para empezar a cambiar. Seguro, segurísimo que en ocasiones no eres consciente si quiera que «no estas presente», te pasa desapercibido. Tu piloto automático te lleva sin que en muchas ocasiones sepas exactamente  a dónde. ¿ Te suena?

Así es que ese es el primer paso, ¿eres conscientes cómo viajas con tu mente, con tus pensamientos al pasado y al futuro? ¿Cual es tu tendencia? ¿Te acuerdas de vez en cuando de quedarte un ratico en el presente?

¿Te atreves a explorar? Y tú que haces ¿ te preocupas o paseas?.

Y para ti que estás algo más adelantado y ya tienes claro «qué haces», mi segunda pregunta para que reflexiones sería …y tú que prefieres ¿preocuparte o pasear? 

¡Feliz día!

Nayra

 

¡Escucha para comprender no para responder!

¡Semana nueva, imagen nueva! Parece que todos los seres humanos salvo que exista un problema físico en tu oído y tengas problemas de audición, estamos facultados para OIR. Tú y yo tenemos dos preciosas orejas que nos permiten percibir los sonidos externos. Esto es lo que podemos entender  como oir. Si te paras a pensar dos segundos, en muchas ocasiones no hace falta que prestes excesiva atención. El sonido externo llega a tus oídos y aunque no lo quieras oir es muy probable que de forma involuntaria el sonido llegue a cerebro y lo interprete. Sobre todo si este es ambigüo o incluso los percibes como algo peligroso. Gracias al sonido externo en muchas ocasiones te habrá ayudado a evitar alguna situación de peligro. Si vas despistado por la calle y cruzas un semáforo en verde, el claxon del coche se acerca a ti, te informa que aligeres el paso o te lleva por delante. Oir y saltar a la cera se produce en un micro segundo y de una forma bastante rápida y automática. Muchas veces es después cuando tomas conciencia y «te das cuenta» de todo lo que ha pasado.

Pero y entonces ¿que significa ESCUCHAR?

La acción de escuchar implica cuatro cosas básicas y fundamentales:

  1. Intención: es el deseo de querer estar ahí y reconocer cada una de las palabras que la otra persona quiere comunicarte. Te importa lo que dice, te interesa lo que te está contando.
  2. Atención: la atención es una habilidad mental de todos los seres humanos, tú también. Para estar atento es necesario que postergues cualquier otra actividad que tengas entre manos, física o mental, y solo y exclusivamente tengas oídos y ojos para eso persona. No vale estar revisando redes sociales o respondiendo whasapp u organizando la agenda del día siguiente. Nada de multitarea. ¡Entrarías en un terrero peligroso de desconectarte y empezar solo a oir!.
  3. Suspende tus juicios: cuantas veces tu pareja, amigo, hermana, hijo, compañero de trabajo o jefe te ha estado explicando algo y tú estas por dentro diciendo : » ya se lo que me tienes que decir», «no me lo repitas, eres un pesado», «no tienes ni idea de lo que hablas», «no me interesa».»le voy a decir lo que yo pienso», «está equivocado, ahora se lo explico», «lo que tiene que hacer es» , «ya se ha vuelto a equivocar», » yo se lo resuelvo», «le voy ayudar, que no sabe hacerlo». Así hasta el infinito. ¿Te suena?. Cuando haces eso … no escuchas para comprender, estás esperando tu turno para «vomitar» lo que tú quieres decir.
  4. Expresa tu comprensión: comprender no significa que estés de acuerdo con lo que haga o diga la otra persona. Tan solo que comprendes que se sienta de esta u otra manera. Cuando expresas comprensión te pones en los zapatos de la otra persona, estás siendo empático, y esto facilita que te acerques y comuniques mejor con la otra persona.

Así es que, cuando estás conectado a tu dialogo interno, rumiando las soluciones que vas a dar, las explicaciones que vas a pedir, los consejos que vas a proporcionar sin haberte pedido, el reproche que vas a lanzar …

  • ¿Crees que estás conectado con las palabras de la otra persona?
  • ¿Crees que es posible comprender lo que te está sintiendo si tú estás ocupado resolviendo lo que tú estás sintiendo o pensando?.
  • ¿Cómo te sientes tú cuando otra persona hace eso?
  • ¿No has dicho alguna vez la frase» ¡No me estás escuchando!». ¿ A qué si ? ¿Y cómo te has sentido? Pues así es como se sienten los demás cuando lo hacemos.

Mis palabras no quieren hacerte sentir mal solo que tomes conciencia de ello para que puedes minimizar, reducir o evitar esas situaciones lo máximo que puedas. Eres humano, no siempre lo harás bien, yo tampoco, pero esto de vivir implica seguir aprendiendo cada día para seguir creciendo como personas y poder construir relaciones más saludables. Y aprender a escuchar para comprender a las personas que tienes a alrededor facilitará tu día a día.

Solo después comprender te será más fácil decidir si es necesario responder y aportar algo de valor con una palabra, consejo, recomendación, comentario o en ocasiones sencillamente mantenerse en silencio y acompañar con tu presencia. ¡Tú elijes pero no te saltes ningún paso!.

¿Te atreves a intentarlo?

¡Feliz día!

Nayra

 

En abril …avanza!

¡Semana nueva, imagen reflexión nueva! Seguro que ya conoces que ocurre cada final de mes si ves una fotico mía en este formato, el proyecto 12 Meses 12 Momentos te trae una pequeña reflexión. Ya ha transcurrido el primer trimestre del año, el tiempo vuela, ¿verdad? Cuando menos te lo esperes el verano está tocando tu puerta. Cuatro meses dan mucho de si en la vida sobre todo si las cosas se han torcido y no están siendo los meses que tu habías soñado, imaginado o esperado.

Eres humano y tienes todo el derecho del mundo a estancarte y sentirte algo perdido puntualmente. ¿A quien no le ha pasado eso en alguna ocasión? Pero transcurrido un tiempo prudencial, ¿qué opciones te quedan? Una, seguir atascado o dos, tratar de seguir avanzando. Lo sé, no siempre es tan sencillo, pero esto de vivir no siempre es fácil. En ocasiones logras avanzar tú solo pero en la mayoría de las veces contar con tu entorno cercano, si tienes la fortuna de contar con ellos, bien amigos o familia, es la manera más amable de dar los primeros pasos. ¿Que te parece? .

La vida transcurre a gran velocidad así es que tienes derecho a bloquearte pero también la responsabilidad con tu vida de reponerte al bache y seguir avanzando, solo o acompañado pero avanza.

¿Te atreves a intentarlo?

¡Feliz día!